Capacidades relevadas del planeamiento en los gobiernos universitarios frente a la pandemia: el caso de la Universidad Nacional de Quilmes

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Silvina A. Santin[1]

 

Resumen:

Esta presentación busca acercar los resultados de las experiencias de planeamiento en el gobierno de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), como universidad socia y miembro del Nodo Argentino de la Red Telescopi Iberoamericana de Gestión estratégica universitaria.

Dichas experiencias de planeamiento han sido relevadas como modos de hacer, como prácticas de gobierno y gestión de la Universidad, en uno de los acontecimientos más críticos que nos ha tocado recorrer, como es en el tránsito del Covid-19. En este sentido, el artículo primariamente busca precisar las categorías de análisis utilizadas y  la  perspectiva de planeamiento que se supone. Luego se implica en la descripción de los contextos que supuso enfrentar la pandemia, empujado por la educación a distancia producto del asilamiento social, preventivo y obligatorio; y considera las capacidades relevadas de dicho gobierno universitario frente al planeamiento. Esta producción se organiza, con el objetivo de valorar los aprendizajes sobre el planeamiento en el gobierno y gestión universitaria escrutados frente a la pandemia. 

 

Palabras clave: planeamiento –gobierno-universitario-Covid 19

 

 

Introducción:

 

Este trabajo pretende describir cómo se articulan las capacidades del gobierno universitario respecto del planeamiento, para lograr la conducción institucional frente al actual escenario de crisis que enfrentan las Universidades en el mundo, debido a la pandemia por el COVID-19.

 Para ello analiza la experiencia sobre planeamiento que se ha recogido en el seno de la UNQ, respecto de las prácticas de gobierno y gestión universitarias.

Deviene en el marco de este trabajo, precisar en primer lugar  algunos de los conceptos. Así, define que se entiende por planeamiento,  gobierno y como concibe el concepto de universidad, para luego adentrarse en la problemática planteada, es decir  en la descripción de los contextos y dimensiones de análisis que supuso enfrentar dicho planeamiento en el marco de la pandemia.

 

 

 

Algunas precisiones sobre las  categorías de análisis

 

Para poder dar cuenta de los hallazgos respecto del tema que se ocupa, conviene dar cuenta de las categorías de análisis utilizadas en este escrito. En este trabajo se asume un interés, por no concentrarse en los aspectos formales del planeamiento, es decir por los aspectos del diseño de un plan. La perspectiva de planeamiento que se plantea en la UNQ es aquella que asume, el compromiso con la viabilidad de un cambio. Por tanto, se posisiona desde el enfoque del planeamiento estratégico situacional[2]. En efecto, el planeamiento estratégico situacional  se piensa como una sucesión o cadena de situaciones en el inter- juego social.  El enfoque estratégico –situacional que se utiliza en la UNQ es un cuerpo teórico y metodológico que guía los procesos de toma de decisiones y de intervención centrándose fundamentalmente en el análisis, la comprensión, el compromiso y la participación real de los actores; y de esta manera trata de optimizar los procesos y mejorar los resultados educativos. La planificación situacional se refiere al arte de gobernar en situaciones de poder compartido. Entonces: “Planifica quien gobierna” (Matus. 1987:19).

 

Por tanto el planificador en este tipo de perspectiva no es un observador, no es alguien que está afuera de la situación, sino que forma parte de ella y por tanto asume un compromiso ante los cambios que se quieren lograr.

 

En segundo término, se entiende por gobierno  “un conjunto de factores: recursos, procesos y resultados que deben contribuir al desarrollo de las funciones sustantivas de la universidad entendidas ellas como la docencia, la investigación y la extensión” (Santin, 2008:4). En el marco de este trabajo, el gobierno se refiere a dimensión de análisis que comprende tanto al gobierno mismo como a la gestión. En efecto, desde un marco inclusivo, es una función que abarca las diversas prácticas de intervención y conducción de una organización, desde el concepto más amplio de dirección hasta las prácticas instrumentales de la administración. Prácticas estas que conducen los destinos de las organizaciones, a la vez que son resultantes de su misma intervención. Desde esta perspectiva, “no se escinde la racionalidad política, con la que se opera desde los espacios que tienen como fin la toma de decisiones de la organización, de la racionalidad técnica propia de las unidades organizacionales que tienen como propias las prácticas de gestión o la ejecución de las políticas diseñadas en los primero” (Santin, 2008:4).

 

Asimismo, por universidad se asume una organización compleja, que compone un complicado sistema de poder, resultante no solo de la composición de sus órganos de gobierno y de los sistemas de autoridad (colegiada, unipersonal, disciplinaria y burocrática), sino también por la diversidad de actores que intervienen en sus procesos decisorios; los valores y objetivos diversos que se ponen en juego de acuerdo a las temáticas que entran al debate de las agendas y los significados o atribuciones de sentido que los actores despliegan frente a todas estas variables (Martínez Nogueira, 2000).

 

 

Capacidades relevadas del gobierno y gestión universitarias: dimensiones del planeamiento

En el análisis de las diversas cuestiones que  hacen al gobierno y gestión universitarias, se encuentra una serie de dimensiones de la planificación estratégica situacional, la que cuenta de la participación  y la coordinación política en la etapa técnica de la planificación.

Como  resultado de las preocupaciones más salientes en la UNQ que dieron sentido al accionar frente a la pandemia, y que tienen que ver con: a) la articulación, b) la autonomía relativa, c) la integración, d) liderazgo, e) la comunicación, f) la coordinación, g) la territorialidad y h) la participación. A continuación de modo breve se caracteriza cada una de ellas y el modo en que se revelan.

La Articulación como forma, ha implicado la combinación y unificación de recursos, circuitos administrativos y modos gestión compartida. En el caso de la UNQ[3], las circunstancias atravesadas nos pusieron ante el imperativo de organizar las prioridades y  generar los mecanismos de gobernanza. Para ello e-government facilitó, la toma de decisiones ágiles, la circulación de documentos en expedientes a distancia, imponiendo rápidamente una nueva forma de teletrabajo y por tanto esto constituyó una oportunidad para mejorar el planeamiento. La articulación universitaria ha mostrado stricto sensu el sentido de comunidad. A continuación la articulación permitió tomar medidas de orden  tecnológico, asegurando plataformas, dispositivos o equipamiento, y realización de tutoriales;  de orden académico mediante la realización de cursos para profesores y personal de administración, acceso diversas fuentes digitales de bases de datos, científicas y bibliográficas; y de orden psicoafectiva abriendo diversos canales de información y comunicación[4].

La Autonomía relativa viene siendo aludida por la posibilidad de dar respuesta institucional a las demandas de la comunidad académica, pero en el marco de una serie de demandas agregadas del todo social y el espectro de la política local y nacional.  En efecto la pandemia, nos ha insertado  ad sensum,  en un cambio de época que nos ha propuesto recortar los principales temas de la agenda de nuestras universidades - temas instalados a partir de las profundas transformaciones operadas en el sector-, en la trama de cambios gatillados por el contexto de crisis epidemiológica, y resultantes de las políticas públicas que comenzaron a regular de alguna manera el sector universitario, aunque no menoscabando su autonomía. Una de ellas, sin lugar a dudas es la introducción de las tecnologías como respuesta adaptativa o de adecuación  a la restricción de la presencialidad en la interacción  social[5].

La Integración, es entendida por aquellas prácticas que tienden a desbalancear la típica fragmentación que caracteriza las decisiones en la universidad, producto de su agregación estructural y que busca  generar sinergias, estableciendo iniciativas de los colegiados que se refuercen recíprocamente.  Todas las  medidas que la universidad ha tomado, si bien se realizan en marcos de incertidumbre permanente, siempre han tenido como horizonte dos pilares básicos: primero cuidar a la comunidad de la Universidad, en todos sus aspectos (laboral y sanitario) y  segundo articular  con las necesidades que fueron apareciendo en el territorio, ambas concertadas como respuestas integradas por los actores de la conducción universitaria (Chiaradonna y Santin, 2020)[6]. En efecto, la concertación y coordinación interinstitucional, entre la universidad y las instituciones del territorio, especialmente la intendencia municipal ha permitido al colectivo universitario desplegar diversas estrategias para poder, con suma celeridad dar respuesta a las demandas[7].

Respecto del Liderazgo, esta capacidad está asociada a los órganos de conducción,  la representatividad de los claustros y su relación, en función de lograr viabilizar un proyecto convergente y unívoco.  Así resultó clave “contar con una conducción amplia y firme (…), con sensibilidad política” (Chiaradonna y Santin, 2020:17). La conducción de la universidad conformó, en el marco de la pandemia, un gabinete de crisis para dar a conocer los temas prioritarios a resolver, a fin de analizar las decisiones a tomar y estrategias a implementar. Las más urgentes tuvieron como meta desplegar los equipos para la puesta en marcha de los programas de continuidad pedagógica, cuestión que fue resuelta en un plazo de 15 días, contado desde el confinamiento. Esto solo fue posible mediante una decisión de tipo bottom up . Luego se desarrollaron diversos instrumentos normativos, que fueron comunicados de forma directa de manera transparente y de será uno de los primeros desafíos, junto al aseguramiento de las condiciones de higiene y salubridad necesarias, y la preparación de protocolos para la vuelta.

Esto nos lleva a otra dimensión: comunicacional. La Comunicación se entiende como  capacidad para que las misiones y planes sean transmisibles y comprensibles para los miembros de la comunidad universitaria y para aquellos que están en relación con ella.  La comunicación tanto interna como externa, quizá haya sido uno de los retos más importantes. La comunicación se ha logrado produciendo información oportuna y confiable, “que llevará tranquilidad a la comunidad ante atmósferas de angustia y situaciones de riesgo en las familias, pero también una comunicación que produzca reconocimiento de todo lo que se ha venido haciendo. Es decir mostrar en términos comunicacionales las diferentes medidas. Esto ha ocupado un lugar  primordial” (Chiaradonna y Santin, 2020)

La Coordinación, se ha buscado de modo interinstitucional entre  organismos colegiados y unipersonales de gobierno (horizontal y vertical), generando agendas concurrentes. La preocupación por la coordinación es central para la gobernabilidad y viene aludida por lo que se califica como construcción de consensos que reflejan las opiniones de las mayorías y minorías y por las ya desarrolladas estrategias de integración a partir de estilos de negociación y de regulación de intereses que se supieron consensuar.

La territorialidad se ha convertido en unos de los pilares privilegiados de la política universitaria en la UNQ. En efecto, la dimensión del territorio venia formando parte como política transversal en los vectores señalados en el planeamiento universitario junto con la calidad, pertinencia e inclusión. El contacto con los problemas de la comunidad de influencia y el territorito local, como las preocupaciones más amplias que hacen al territorio regional y nacional, forman parte no solo desde el origen de la universidad en el diseño de su oferta académica, sino también de las políticas maestras que fueron diseñadas desde los planeamientos. El plano local ha sido en el último tiempo, el espacio donde se localizan, organiza y desarrollan las actividades. Esto supuso dos tipos de acciones, el despliegue de vínculos más cercanos con el territorio y reposicionar la agenda en línea con las necesidades de la jurisdicción, sin olvidar el plano más amplio nacional al que las funciones universitarias se destinan[8].

La Participación de los colegiados, en redes, con otras universidades ha sido uno de los núcleos o dimensiones  estratégicas que compone la planificación en la universidad. La pandemia nos puso a trabajar en un marco absolutamente colaborativo, “porque estar asociados a otras instituciones u otras redes se entiende es lo que nos permitió avanzar en estos tiempos hacia un nuevo estadio, ya que se gestiona en total incertidumbre” (Chiaradonna y Santin, 2020:1).

 

Conclusiones

Las diferentes dimensiones del planeamiento ya mencionadas tuvieron un impacto en el gobierno y gestión. Si bien es difícil sacar de ello una conclusión dado que nos encontramos todavía atravesados por la coyuntura, es posible encontrar un patrón en la dinámica del momento táctico operacional del  planeamiento. Es decir, el tipo planeamiento en la UNQ es posible de ser caracterizado en el cuarto momento, operando en la incertidumbre y por tanto contempla contingencia. La planificación  por contingencia corresponde a un modelo de ensayo y error, con base en una mirada eventual de la acción, la que se configura siempre con arreglo a fines pero siempre de manera diversa. En efecto, son arreglos a los intereses en disputa, los actores sociales que participan del proceso,  las relaciones de fuerza que suponen. Esta mirada del planeamiento pone el acento en el contexto, en el tiempo y lugar, y  por tanto siempre se llegan a acuerdos provisorios, solo válidos eventualmente si ocurren determinadas situaciones y correspondidos para ciertas acciones, invariablemente flexibles, circunstanciales y modificables. Ya Matus (2007) señalaba que en el cuarto momento táctico operacional puede identificarse al planeamiento como una instancia de  mediación entre el conocimiento y la acción en el que se encuentra: la identificación y selección de los problemas, la explicación situacional de los mismos, planes por problemas con escenarios, planes de contingencia, análisis de confiabilidad del plan y análisis estratégico.

Planificar en este contexto, supone una mirada de complejidad. Al decir de Aguerrondo, “el marco de la complejidad, supone ni más ni menos y aunque parezca contradictorio, la gestión de la incertidumbre” (2007:15). Planificar, gestionar y conducir una universidad en un marco de incertidumbre requiere de conceptualizaciones que nos permitan traspasar una concepción “binaria del futuro” (es o no es), ni siquiera como propone Courtney (1997), la consideración de futuros alternativos o un abanico de futuros. Sino lo que el autor sugiere es pensar un marco de auténtica ambigüedad. En este sentido las dimensiones de la incertidumbre interactúan para crear un entorno que es prácticamente imposible de prever,  pues entonces plagado de múltiples determinaciones.

 

Bibliografía:

 

Aguerrondo, I. (2007): “Racionalidades Subyancentes en los modelos de planificación”, IIPE Bs. As.

Courtney, H., Kirkland, J., Viguerie, P.: (1997) Estrategia en tiempos de incertidumbre. IN: HARVARD BUSINESS REVIEW, La gestión de la incertidumbre. Volumen 75 Número 6 Páginas 67-79 https://heller.brandeis.edu//executive-education/pdfs/Strategy-Under-Certain.pdf

Chiaradonna y Santin  (2020) Covid-19 y Educación Superior: “Cambios en la configuración de las prácticas de gestión tras la pandemia”. Ponencia presentada en Seminario virtual: “Gestión Universitaria en el Siglo XXI”, Nodo Venezuela-RED Telescopi.

Martínez Nogueira R. (2000): “Evaluación de la Gestión Universitaria”, CONEAU. 2000.

Matus, C. (1995): “Planificación, libertad y conflicto. Fundamentos de la reforma del sistema de planificación”. Venezuela. Caracas. Cinterplan.

Matus, C. (1987) Política, Planificación y Gobierno. INSTITUTO LATINOAMERICANO DEL CARIBE Y DEL CARIBE DE PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL (ILPES)  FUNDACIÓN ALTADIR.

Matus,C.(2007). “Teoría del Juego Social”, Colección Planificación yPolíticas Públicas, Ediciones de la Universidad Nacional de Lanús, 1° Edición.

Santin, S. (2008): “Los atributos de la gobernabilidad en los gobiernos universitarios: análisis descriptivo sobre las capacidades relevadas” VIII COLOQUIO INTERNACIONAL SOBRE GESTIÓNUNIVERSITARIA EN AMÉRICA DEL SUR https://repositorio.ufsc.br/bitstream/handle/123456789/64321/TRABAJO_SANTIN.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Villar  A. y Leal M. (2020) “Pandemia del COVID 19 y educación superior. El caso de la Universidad Nacional de Quilmes”. En prensa

 

 

[1] Directora de Generación y Análisis de Información, Universidad Nacional de Quilmes, Argentina. silvana ssantin@unq.edu.ar

[2] El planeamiento estratégico situacional para ciertos autores como Matus (1995) y Aguerrondo (2007 tiene entre otros objetivos:

  • Facilitar la formulación de objetivos institucionales, supone el compromiso concreto con el contenido de las decisiones, y un componente principal del cambio mismo.
  • Contar con información oportuna y relevante que garantice decisiones eficaces y facilitar la formulación del proyecto de gobierno.
  • Facilitar la viabilidad de las decisiones de políticos y funcionarios: mediante la definición de decisiones correctas (por contenido y procedimiento) y adecuadas  en términos de participación/resistencias).
  • Valorizar la capacidad diagnóstica: en un contexto político e ideológico que conlleve el mejoramiento de la calidad de la educación.

[3] La información referida al caso resulta de la propia experiencia de la autora y como resultado de la información extraída de una entrevista grupal realiza a las autoridades de la UNQ, Rector Dr. Alejandro Villar y  Vicerrector Mag.  Alfredo Alfonso

[4] Entre otras las medidas que se desarrollaron incluyeron (Villar y Leal, 2020): Desarrollo de aulas en el Campus presencial, Reprogramación del Calendario Académico 2020, Adecuación del Régimen de Estudios, Creación de un sitio web de instructivos, Cursos de capacitación, Sala Especial con recursos multimedia, Canales de consulta permanente para profesores y profesoras, Acceso plataforma E-Libro, Biblioteca Digital en Español, Programa “La Biblioteca en tu casa”:, Acceso al Campus digital de France Éducation International, “Taller de Vida Universitaria” (TVU,  Programa de voluntarios, Ayuda socioeconómica a estudiantes, Relevamiento sobre equipamiento y conectividad de estudiantes, entre los más importantes.

[5] El Ministerio de Educación dispuso mediante  resolución ministerial, como primera medida que ante la confirmación médica de un caso de Coronavirus (COVID-19), debiera procederse a la suspensión de clases y cierre de dicho establecimiento por el plazo de catorce (14) días corridos. Dicha resolución establece que ante la confirmación  como sospechoso de COVID-19, se debiera proceder al cierre del establecimiento educativo, y asimismo derivar al autoaislamiento obligatorio de la persona afectada y de sus contactos estrechos. Por su parte luego la medida fue reemplazada posteriormente por el cierre total de las actividades no declaradas como esenciales (RESOL-2020-103-APN-ME).

 

[6] En este sentido resulta interesante señalar que los acuerdos paritarios logrados a nivel nacional, vehiculizados por el mismo Ministerio de  Educación  lograron regular al interior de la universidad en términos generales el desempeño de la actividad docente y del personal de administración y servicios. Dicha regulación alcanza lo que respecta a carga horaria, condiciones de trabajo remoto, recursos tecnológicos, condiciones de salubridad e higiene,  cobertura de riesgos de trabajo, derecho a la desconexión digital, salarios derecho a la formación y capacitación continua en el uso de las tecnologías de información, etc..

 

[7] La integración producto de las relaciones con otras instituciones nos ha permitido entre otras cosas el desarrollo de un kit, de testeo. Las empresas Productos Bio-Lógicos SA (PB-L SA) y Chemtest Argentina SA, respectivamente dependientes de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y de la Universidad Nacional de San Martin (UNSAM), han promovido el desarrollo conjunto de una prueba de  diagnóstico molecular para SARS-CoV2.  Asimismo la Plataforma de servicios Biotecnológicos de la UNQ procesa muestras de Covid-19, por disposición del Ministerio de Salud Bonaerense. La participación en la Convocatoria internacional de proyectos por el COVID-19 de la  Agencia Universitaria de la Francofonía en el marco de su plan de acción especial por el COVID-1 es otra muestra de esto.

 

[8] Un ejemplo es el desarrollo del Programa “Universidades por la Emergencia del COVID-19” donde se capacita a estudiantes para colaborar en la asistencia y acompañamiento de personas pertenecientes a los grupos de riesgo alojados en el hospital de emergencia que se dispuso junto a la Intendencia en las Instalaciones de la UNQ.